Mientras todas estas cosas pasan en las alturas, en los eslabones intermedios del Cabildo de Gran Canaria siguen produciéndose efectos miméticos. Este miércoles alguien se presentó en nombre de esa institución en los juzgados de Granadera Canaria con una denuncia bien curiosa: mire, que el gerente de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, don Juan Antonio González Ojellón, ha confesado este lunes ante el presidente del Cabildo, don José Manuel Soria López, haberse apropiado indebidamente de unos 100.000 euros mediante el muy rústico sistema de presentar facturas falsas. Lo ha contado él, es decir, no lo ha descubierto la fiscalización normal y corriente del Cabildo, que debe estar para otras cosas. Entre otras facturas presuntamente falsas aparecen comilonas en restaurantes diversos y, atención, la adquisición a un luthier alemán de dos contrabajos que costaron la friolera de 84.000 euros. Bueno, que no costaron, pero se pagaron. A ver si nos entendemos.