Ya se habrán olvidado ustedes de la que se armó en la primera adjudicación del contrato de producción de programas e informativos para la Televisión Autonómica de Canarias. Es el que está en vigor ahora, prorrogado, el que hace algunos años, cuando el invento comenzaba a andar de la mano de Jorge Bethencourt, generó gran pelotera por las ansias de un par de grupos mediáticos de hacerse con el contrato. A esas ansias sumen también las de determinados políticos locales, alguno de ellos todavía en activo, que removieron Roma con Santiago para conseguir inclinar la balanza a un lado o al otro del Atlántico. De hecho, hubo viajes a México lindo por parte de un afamado camarada y un bravísimo conservador a escuchar las excelencias de Televisa. Pero al final les cayó el contrato al grupo Prisa y a sus socios canarios.