El consejero Berriel compareció a petición del PSOE, pero lo hizo encantado de conocerse, de estar allí explicando lo que a muchos resulta cuanto menos impactante. Pudo haberse negado a parlamentar sobre cosas concretas de unas conversaciones que se encuentran dentro de un sumario judicial que, en parte, continúa declarado secreto por el juez instructor. Por cierto, ¿y si en esos tomos hubiera alguna otra conversación en la que pudiera aparecer el señor Berriel hablando de nuevo con el señor Santana Cazorla? ¿Y si nos lleváramos la sorpresa de que esas conversaciones pudieran venir acompañadas de una mayor carga erótico-festiva tirando a lo obsceno? Pero, Dominguito, parece usted nuevo.