En algunas sedes oficiales y oficiosas del PP se adelantó el descorche de botellas de cava a este viernes. Muchos militantes y dirigentes del partido en Canarias se han alegrado de la defenestración de Larry Álvarez, aún a sabiendas de que la crisis abierta es de imprevisibles consecuencias y que bien podría afectar electoralmente en marzo próximo. Pero mientras unos aprovechan para pasar factura al ex secretario de Organización, al que se ha llegado incluso a culpar de los malos resultados de mayo, otros se plantean seriamente pasar a respaldarlo con el muy humano gesto de arrimarse a un árbol que creen que todavía no ha caído. Lo malo es que Larry no cuenta con sólidos apoyos en Génova porque de esa parte del trabajo se ocupaba siempre su jefe. Como casi todo, esto también queda pendiente de marzo.