Dicen (y nos corrigen) desde Unelco-Endesa que esa empresa nada tiene que ver con la situación de parada de la planta de vapor de Emalsa (Las Palmas-Telde), que Unelco no la opera y nada influye en su cuenta de resultados que funcione o no esa desaladora, que ellos se limitan a comprar la electricidad al precio de cualquier productor. Unelco-Endesa tiene parte de razón: estas plantas se suministran con fuel-oil y producen electricidad, pudiendo en la fase final de la producción dejar de producir electricidad y obtener un vapor que puede desalar agua por intercambio de calor, y convertir así el agua de mar en agua desalada (el fin de la planta que lleva cuatro años parada tras cien millones de inversión). La realidad es que al tener la electricidad un precio tasado por el sistema eléctrico central, la viabilidad económica de la planta depende de ese sistema de tarifas y de que paguen un precio u otro por el kilovatio producido.