Todavía le tiemblan todos los huesos a los vecinos y comerciantes de la calle Reyes Católicos de Las Palmas tras los sucesos que presenciaron este jueves por la tarde. Tremendo despliegue policial de la Policía Local de la ciudad, con tres coches-patrulla con todos los dispositivos luminotécnicos y sonoros activados, gran movimiento de tropas y el consiguiente caos circulatorio y efecto mirón. Tamaño despliegue se debía, según testigos presenciales, a la persecución a la que fue sometido un joven que huía de la policía en un ciclomotor. El fugitivo fue convenientemente reducido, esposado y detenido, no sin el pasmo de la vecindad, que alucinaba en colorines por el enorme parecido que tuvo la cosa con un capítulo cualquiera de Corrupción en Miami. Pero sin el Ferrari y sin el teniente Castillo, y con unos guindillas que dejaron a Starsky y Hutch como aprendices.