Será que las cosas del urbanismo no se acaban en lo que uno ve; ni siquiera en lo que uno intuye y huele. Hay que ser todavía más rebuscado y procurar poner sobre la mesa el mayor número de detalles posible para poder entender las cosas que pasan en este ámbito. Lo del intercambio de estampitas con Güi Güi ha tenido sus reacciones, no sólo la del lector que le acabamos de contar, sino la del mismísimo concejal de Urbanismo en funciones de Las Palmas, Juan José Cardona, que se ha cogido tamaña calentura con la publicación de la noticia. Él cree que lo que hay detrás del asunto es una perreta de Manolo Ley, dueño de Beleyma, por el precinto del que disfrutan las obras de uno de sus edificios al final de Mesa y López. No nos cuadra mucho porque Ley reconoce que ha habido un exceso, pero a continuación se muestra seguro de que la cosa es legalizable. Ya saben que así va a ser, que en esta ciudad todo se arregla con el paso del tiempo y un poco de cariño que se ponga.