Les sugerimos que presten mucha atención al consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid, Percival Manglano, del PP, porque va a dar mucho juego. O mejor, ya lo está dando. Es, por si no lo sitúan, aquel famoso mitinero que diez días antes de las elecciones del 22 de mayo aguantó el tipo como un torero en un mitin callejero de Lavapies ante un espectacular y ensordecedor abucheo al que le sometió un nutrido grupo de vecinos del barrio de Lavapies. Percival se mantuvo en sus trece, adaptó el mitin a las nuevas circunstancias, atacó a los que les abucheaban por “intolerantes” y hasta les recomendó que, si no estaban conformes, a) no le escucharan; b) se marcharan a Cuba o a Corea, para que vean lo que es bueno. Es, el amigo Manglano, un verdadero crack, un fan del PP de los que crean escuela, de los que asegura que “lo importante no son los ideales, sino los resultados”, de los que sostiene que con el PSOE la Policía acosa a los inmigrantes y durante la etapa de Aznar “no había detenciones” entre personas de ese colectivo. Ahora, ante los nuevos episodios de los indignados en Madrid, hemos vuelto a saber de Percival Manglano, que se ha quejado amargamente de que la Policía sólo haya actuado cuando los manifestantes se plantificaron ante el Ministerio del Interior, y no hiciera nada cuando ocuparon durante semanas la Puerta del Sol. Su carácter moderado le ha llevado a multiplicar por dos las estimaciones de los comerciantes de la zona sobre las pérdidas que dicen haber sufrido por las acampadas y las manifestaciones. Si los empresarios hablan de 30 millones, él se lanza hasta los 60. Y al que no le guste, que se marche para Cuba.