Esto fue lo que dijo de nosotros un 3 de noviembre de 2004, ante los atónitos oídos de los oyentes de CANARIAS AHORA RADIO: “Nos mueve un mismo propósito profesional. Y una obsesión: luchar contra la corrupción, hacer más transparente la vida pública canaria, que en mi caso es lo que llevo haciendo desde que empecé, allá en 1979. El día en que mis socios cambien, que pacten con el poder privilegios innombrables, ustedes ya saben lo que pasará. Sencillamente yo no estaré aquí. Pero me temo que pasará un largo tiempo, que espero que sea nunca, para que ello ocurra. Lo que estoy viendo me gusta. Veo ganas y convicciones. Y de convicción, y de estatura moral y ética, andaba yo muy escaso por los paisajes en los que andaba. Y veo a su alrededor, a nuestro alrededor, a un montón de gente que necesita de un medio libre que los ampare. En Canarias el clan de la avaricia, con sus cuatro budas, y sus ramificaciones hacia Soria, Adán Martín, y empresarios como José Miguel Sanjuán, quiere quedarse con todo, con el pastel completo, y aquel que levante la voz, que se niegue a colaborar, que ose a moverse como lo haría cualquier empresario en un mercado libre, es presa de la peor de las persecuciones”. Palabrita de Chavanel, que ya se sabe el valor que tiene.