José Manuel Soria y los que en el PP se han creído su burda teoría de la persecución aún sigue afirmando que su actuación en el caso salmón fue impecable y que todo se debió a una persecución en la que ha implicado al PSOE, a la Fiscalía Anticorrupción, a la Policía y a CANARIAS AHORA. No nos cansaremos de insistir en que los hechos denunciados fueron declarados probados, incluso reconocidos por el imputado Soria, del mismo modo que no dejaremos de recordar que la Fiscalía apreció delito de cohecho impropio que, por fortuna para el denunciado, había prescrito. Pero, ¿por qué había prescrito? Como bien recogió en su escrito de petición de archivo el fiscal Luis del Río, “el día 23 de agosto de 2008 se habría producido la prescripción (...). La denuncia se presenta el 11 de agosto de 2008, por lo tanto justo antes de finalizado el plazo de prescripción. Sin embargo, según la reciente doctrina constitucional (...), para interrumpir el plazo de prescripción no es suficiente con la presentación de denuncia o querella, y exige una resolución del órgano judicial admitiendo las mismas. En este caso, tal resolución se produce en octubre de 2008, por lo tanto una vez transcurrido el mencionado plazo”. Las diligencias, abiertas en octubre, llevaban el número 8/2008, ocho en diez meses. Para que Soria ande por ahí diciendo memeces de que el perseguido es él.