La comisión parlamentaria de investigación de 2007 sirvió en realidad para desenmascarar a los hermanos Soria, que inventaron lo más grande para tratar de escabullirse de sus clarísimas implicaciones políticas. Entre otras groserías, el hoy ministro llegó a asegurar solemnemente algo que luego desmintió con un certificado la secretaria del Consejo de Administracion de la Autoridad Portuaria de Las Palmas: que no estuvo presente en el momento de votar favorablemente la primera decisión en torno a la concesión a los hermanos Esquivel. Un falso testimonio que provocó que le denunciara ante el TSJC el testigo contra el que Soria se querelló por acusarle de sus andanzas en la misma comisión parlamentaria. Al testigo lo absolvieron con condena en costas a Soria, pero su denuncia ante el TSJC fue archivada porque el fiscal consideró que la secretaria que certificó la presencia del ministro en aquella reunión era interina. Un dato curioso de aquel archivo: de la Sala formó parte la magistrada Carla Bellini, que poco después se abstuvo en el archivo de la denuncia contra Soria por el caso Chalet alegando una vieja amistad intima con él y su mujer. De la correspondiente queja del ciudadano denunciante ante el Poder Judicial nunca más se supo. Ahora Soria anda diciendo de esa magistrada, elegida a propuesta del PP por el cuarto turno parlamentario, que ha hecho “una instrucción incompetente” en el caso Las Teresitas.