Como en los tiempos de Franco, pero al revés. Ahora es el PP el que corre detrás de la Policía, y en lugar de porras y botes de goma, los hombres de Soria se han pertrechado de la mentira, de la falacia y de la violación de principios básicos del Estado de Derecho. Les viene muy mal que la Policía, los jueces y los fiscales investiguen las fechorías que presuntamente cometen los suyos en el ejercicio del poder político. Y como ya han visto que empuercar más al Poder Judicial es cuestión harto compleja, la han tomado con la Policía insinuando que ésta actúa en beneficio del PSOE y, por ende, tratando de dañar al PP. Soria solemniza sus falacias de tal modo que incluso provoca que haya personas que empiecen a dudar de cosas intocables, o que hasta ahora lo parecían, como la profesionalidad de la Policía y la directa dependencia que tienen de los jueces cuando lo que se está investigando ya tiene diligencias judiciales abiertas. Como es el caso de Mogán.