Tanto terror nos tienen que cuando les preguntamos por un asunto para contrastarlo convenientemente, como mandan los cánones, van y nos mienten. Hace más de quince días preguntamos en el Gabinete de Prensa de Empleo y Asuntos Sociales por Mari Carmen López, directora general del Menor, y nos aseguraron que estaba enferma, y que no buscáramos cosas raras porque no las había. Este martes hemos leído en La Provincia que la señora López, tal y como nos habían soplado, no soporta a la señora Montelongo, o a la inversa, que nunca se sabe lo del huevo y la gallina. Encima, nos pidieron que no fuéramos malos, que no nos metiéramos en asuntos personales. Así que nos callamos temiéndonos una enfermedad grave y tratando de huir de un asunto privado de los que a nadie interesa. Pero nos mienten, lo que termina por acabar con las buenas costumbres, rompe las reglas del juego y nos anima a esperarlos agachados.