Creíamos, la verdad, que el bucle independentista y folclórico de los editoriales de El Día no iba a depararnos sorpresas, que giraba y giraba sobre sí mismo provocando un peligroso socavón en la tinerfeña Avenida de Buenos Aires. Pero menospreciamos sin mala fe a ese equipo de editorialistas tan avezado que los compone. Porque esta misma semana nos ha obsequiado el periódico de don Pepito con unos matices que merecen al menos algún comentario por nuestra parte. Además de sus diatribas con Paulino Rivero y con la metrópoli, a los que carga casi a partes iguales con la responsabilidad histórica del extermino de los guanches, el equipo médico habitual ha hecho una nueva aportación a sus febriles ensoñaciones de futuro: una Canarias independiente hablará en inglés y se llamará Canary Island, como no podía ser de otro modo. Y ello porque ya odiamos hasta la lengua de Cervantes, proclama el prócer tinerfeño. La nueva patria guanche se convertirá, según sus deseos, “en uno de los dragones asiáticos, como lo son Hong Kong, Shangai, Taiwán -que es una isla gigantesca-, Cantón y, sobre todo, Singapur”. El conocimiento de esta última ciudad lo adquirió don Pepito, según confesión propia en su editorial de este miércoles, visitando su aeropuerto, “unas modernas instalaciones que demuestran la internacionalidad de la islita en la que se encuentra esta ciudad Estado”. Y su admiración se demuestra, además de por sus avances económicos , en que allí “está prohibida la pornografía y cualquier comportamiento antisocial. Hasta escupir un chicle al suelo está sancionado. Los medios de comunicación invitan a la población a trabajar y a estudiar”. Pornografía y medios de comunicación, ¿a que les recuerda a las páginas de contacto con fotos pornográficas que publica cada mañana El Día al tiempo que su editor hace caja con los ojos como los del Tío Gilito? Singapureño que es, el tío.