Celebróse una semana y pico después de su primera convocatoria la anunciada reunión entre los responsables de las emergencias de Canarias y los directores de los medios informativos para dar cuenta, brillo y esplendor de cuantas gestiones se están haciendo alrededor de la crisis sísmica que sacude a la isla de El Hierro desde el pasado mes de julio. El encuentro, con un formato similar a los que se celebraron alrededor de Mercedes Roldós con motivo de la crisis de la gripe A, debía tener también como objetivo pedir responsabilidad a la prensa, de modo y manera que no se produjera algo que, en parte por la suspensión de aquella primigenia reunión, finalmente sí se ha producido: cierta alarma injustificada, en lugar de la alerta y la información pacífica y de servicio público. Pero en fin, no se pueden estar apagando más de dos incendios a la vez, por lo que tenemos humanamente acreditado. La reunión, por lo tanto, llegó tarde y resultó poco operativa, pero a nosotros nos va a dar para un chascarrillo curioso: a los responsables de medios informativos de Las Palmas de Gran Canaria (sólo se presentaron tres) se les convocó en un check point inexistente, León y Castillo, 437, una calle que acaba en el 431, sede real del Cecoes. ¿Se imaginan que fuera para una emergencia real? No nos hubiéramos encontrado ni para saber si habíamos sobrevivido.