Dimas Martín y Juan Carlos Becerra, enemigos íntimos, siguen siendo los más deseados de la vida política conejera. Con reminiscencias regionales, claro, porque ya se sabe que a partir de este otoño van a faltarles manos a unos cuantos que todos ustedes se imaginan para asirse a lo que se pueda en evitación del talegazo. Los hay que hasta veranean en Lanzarote -y abandonan por tanto de modo temporal las suaves brisas de Meloneras- para irse haciendo un hueco de cariño en el corazón de los conejeros. Becerra, como les hemos dicho, se ha reunido varias veces con Mauricio, el veraneante de lujo en Yaiza, y con José Manuel Soria, que trata de aparentar seguridad en la operación de la upenización pero cada vez parece más un alma en pena. Pero Becerra, y también Dimas, que está hiperactivo, se han reunido con otros líderes, como Nacho González, que no se está quieto.