Ricardo Melchior no pertenece a esa saga de políticos tan dados al sectarismo y al pim-pam-pum con el adversario, especialmente si el adversario pertenece a lo que se llama disciplina centralista, es decir, de obediencia no canaria. Mesetaria, para entendernos. El presidente del Cabildo tinerfeño no se esconde para reconocer que le cae simpático el Zapatero éste, que le ha agradado el contenido y el gesto de la visita. Además, el dirigente tinerfeño comenta con todo el mundo la broma que gastó el presidente del Gobierno cuando Melchior le comentó la cuantía de 3.000 euros por afectado que había habilitado el Cabildo. “¡3.000 euros!, ¡más que lo de los niños!” Que no se enteren los de El Jueves, que lo mismo se marcan una portada con don Ricardo y don ZP y la tenemos armada de nuevo.