La verdad es que suena a coña marinera que Canarias se promocione en un estadio de fútbol que lleva por nombre un destino turístico, los Emiratos Árabes Unidos, pero debe ser cosa de la originalidad que preside todas las actuaciones de este portento de consejera que tenemos. Pero más original resulta comprobar cómo la empresa beneficiada por este singular concurso, M-6, juega desde el principio con ventaja. Porque resulta altamente llamativo que en las bases de la convocatoria se hable de la necesidad de ejecutar “acciones promocionales de impacto que difundan la imagen turística de las Islas Canarias en Londres, Madrid y ”ciudad alemana“, sin que concreten en momento alguno qué ciudad alemana quiere la niña. Casualmente esa falta de concreción es la misma que padece M-6 en el momento de concursar y ganar, hasta el punto de que en la primera nota de prensa de la consejería sobre Los Estadios de la Felicidad tampoco se logra especificar el partido de fútbol que Turismo va a patrocinar en ese estadio alemán. Es más, lo difieren al año 2009 o 2010, en lo que los ganadores cierran un acuerdo. Demasiadas coincidencias como para pensar bien.