El Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria ha experimentado en su novena edición, clausurada el sábado, notables cambios con respecto a años anteriores. De entrada no hubo dirigentes políticos retratándose con los actores y actrices, tanto en la alfombra roja (este año fue azul) de acceso al auditorio Alfredo Kraus, como en la entrega de premios en la ceremonia de clausura. Saavedra y los suyos cedieron el protagonismo a los profesionales del cine y al director del festival, Claudio Utrera. Encima, quizás gracias a un nuevo diseño en la promoción y en la publicidad local del festival, en esta edición se ha incrementado en un 25% la afluencia de público a las numerosísimas sesiones. Era uno de los objetivos y parece haberse conseguido.