Soria y Paulino se empeñaron en hacer ganador de nuevo a Juan Fernando López Aguilar. Le dedicaron todo tipo de improperios y reproches, desde el indulto a un concejal de Carboneras, provincia de Almería, hasta el retraso en la aprobación del nuevo Estatuto, pasando por los “socios” de ZP, a saber: Chaves, Evo Morales y Fidel, un asunto de vital trascendencia para acabar con las listas de espera y el fracaso escolar canario. Lo dan como ganador, lo exaltan, y trabajaron codo con codo para desgastarlo al máximo y continuar en la tarea de sumar 31 para que el ex ministro no gobierne aunque gane. El candidato socialista se defendió muy bien, especialmente de José Manuel Soria, al que dejó sin argumentos en varias ocasiones utilizando un recurso que ha empezado a blandir de modo severo en esta recta final de campaña: la corrupción. Lo mejor de Nacho González, que esta vez sí acudió más preparado, fue su intervención de despedida. El resto del debate fue para sus contrincantes un auténtico Torrebruno.