Ya saben todos ustedes, y no sólo por nosotros, que José Carlos Mauricio la ha cogido ahora con Marruecos, compartiendo de este modo afición con el presidente de la muy plateada Cámara de Comercio de Las Palmas, el hermano en los augustos misterios José Miguel Suárez Gil. Pues Mauricio dijo a los mexicanos que lo mejor era llevarse la fábrica para Agadir, y que aprovecharan que él iba a ir uno de estos días por allí para hacerle el encargo, que ya se sabe lo conseguidor que soy. Y tal. Los mexicanos se cerraron tanto en banda que Mauricio tuvo que cambiar de tercio y pasar a continuación a hablar de un sitio tinerfeño llamado Granadilla. Nos suena, nos suena. Y todo, para dejar libre la actual ubicación de Arguineguín, donde el conseguidor tiene apalabrada una urbanización de lujo, con marina y sin maquetas, que manda las peras a la plaza.