Debió encenderse la alarma en el PSC mucho antes, cuando, en una rueda de prensa celebrada el lunes en el estreno de la sede electoral de Las Palmas de Gran Canaria, una periodista preguntó a López Aguilar por el hallazgo del plagio hecho por Aday Ruiz, de Compromiso. Como siempre, el candidato se incomodó y contestó minimizando la cuestión, quitando importancia a lo ocurrido, sacudiéndose de encima una pregunta que no quería que se le formulara. Ése era el momento para anunciar la decapitación del asesor que había metido la pata, pero una vez más les pudo la soberbia de creerse capaces de controlar una tormenta transoceánica. Claro que no es delito, pero cuando alguien se presenta a las elecciones, lo primero que tiene que ganarse es la confianza de los electores y actuar con contundencia y con autoridad cuando los que le rodean son unos batatas. Porque si no se actúa así, cabe la duda de que sepa hacerlo sentado en el sillón presidencial.