Por lo menos durante este primer trimestre del año vamos a tener que seguir hablando del caso del negocio eólico, ya saben, el presunto amaño denunciado ante los tribunales por la manera que tuvo la Consejería de Industria de montar un tinglado para la exaltación de la amistad. Han aparecido nombres conocidos, como los del consejero de la cosa, Luis Soria, o el que fuera su director general, Celso Perdomo. En el lado empresarial están sobre la mesa personas como Wilebaldo Luis Yanes, José Miguel Suárez Gil o Nereo Martín Fuentes, este último hijo del magistrado José Antonio Martín, investigado por presuntos favores judiciales gracias a las escuchas telefónicas realizadas por el escándalo eólico. Pero hay nombres absolutamente desconocidos para el respetable, como es el caso de Daniel Fernández de Salamanca.