Menos mal que este mismo martes habló el mismísimo Emilio Moya en persona para asumir, como no podía ser de otro modo, el contenido de la famosa providencia que permitió a Dimas ser lo que ahora es, presidente del Cabildo de Lanzarote y parlamentario regional. En ningún momento el viceconsejero de Justicia se sacude la corresponsabilidad que asume en la providencia como miembro que es de la sala que la emite. Se limita, sin embargo, a defender esa resolución por considerar que la suspensión de la pena principal (tres años de cárcel) lleva aparejada la suspensión de las penas supletorias (inhabilitación). Y ahí se para, curiosamente, y nada explica de la pena de multa que sí se mantiene en la famosa providencia. Mejor aún es la explicación que el compañero hagiógrafo hace del “fichaje” de fin de semana. Allá vamos.