El acceso de Cándido Reguera a la alcaldía de Arrecife, previsto para el día 21 si todo sale como prevén los salteadores de caminos que le secundan en esta trapisonda, despejará el camino a un ex alcalde del PP que se había quedado colgado de la brocha gracias a otra moción de censura, la que el PSOE y Coalición Canaria sacaron adelante en Arucas. José Mari Ponce, que se pasó de frenada en una curva y quedó fuera de carrera, estaba esperando un gesto de Carmen Guerra, que se ha negado sistemáticamente a abandonar su escaño en la Carrera de San Jerónimo para dedicarse en cuerpo y alma a la portavocía del Cabildo de Gran Canaria. Pero con el ascenso de Reguera a la principal alcaldía conejera, Ponce encuentra acomodo y sueldo, que perdió al prosperar la censura aruquense. El futuro alcalde de Arrecife ve también colmado un anhelo, el de pintar algo en la política local tras conocer que su partido no cuenta con él para el futuro, salvo que este año y medio en el machito, viendo lo que va a ver en la Concejalía de Urbanismo, le permitan perpetuarse.