Es evidente que para el pacto ATI-PP que gobierna Canarias es mucho más conveniente, y hasta saludable, dar entrada en el negocio de la comunicación en las Islas al grupo que lidera Pedro J. Ramírez. No sólo porque hay que cuidar a los amigos que influyen en Madrid, sino por la situación de vigilancia mediática a la que están sometidos los dos socios, a los que se les han dedicado suculentos editoriales advirtiéndoles de que este pacto de perdedores está cogido por los pelos. Pero, además, El Mundo necesita expandirse, y por eso se han presentado al concurso de contenidos de la Televisión Canaria. Y lo ha hecho en compañía, nada menos, que de Lucas Skywalker Fernández, dueño de Plató del Atlántico, la productora del régimen ático. Fernández acompañó el jueves pasado a Melchor Miralles a una reunión con el vicepresidente del Gobierno, José Manuel Soria, que teóricamente no tiene competencias en materia de comunicación. ¿O sí?