Hay políticos verdaderamente previsibles. Si alguien en su partido grita “al abordaje”, son los primeros que, sin preguntar a quién, se lanzan a la yugular, machete en mano. Hacen lo imposible por agradar a sus jefes aún a sabiendas de que pasar de la heroicidad al grotesco ridículo es sólo cuestión de una palabra mal dicha, de una mentira mayor de lo habitual, de un periodista bien informado. Ángel Salvador Llanos, primer teniente de alcalde de Santa Cruz de Tenerife y aspirante a cualquier cosa dentro del PP, es un prototipo de político indeseable, mentiroso, rastrero, inculto, desinformado, vanidoso, hortera y, sobre todo, pirata sin vergüenza. La entrevista que este lunes publicó La Provincia bajo la firma de Francisco Pomares deja de manifiesto todos esos epítetos que hoy dedicamos a esta lumbrera de la política.