La responsable de protocolo de Vicepresidencia del Gobierno lo intentó hasta el último minuto, pero desde horas antes de que se produjera el conflicto sabía de la postura inamovible del Ministerio de Justicia: tenemos que cumplir con las normas y las normas obligan a que presida el ministro y no la vicepresidenta. La mañana del sábado fue un continuo evacuar de consultas en las que, entre otras personas, intervinieron el jefe de protocolo de Presidencia del Gobierno canario, Manuel Martínez Fresno, y su tío Nicolás, jefe de protocolo del Palacio de La Moncloa. Ni que decir tiene que este último se mantuvo desde un principio en la ilegalidad de que presidiera el acto Mari Mar Julios, postura de la que terminó por convencer a todos los demás. La vicepresidenta, al ver que ninguna fuente autorizada le daba la razón, optó por abandonar el acto en lugar de reconocer que otros la habían metido en un berenjenal inútil y vergonzoso para las instituciones.