Se acercan las fechas en que Antonio Rivero, por mucho que quiera alargar la agonía, se retire de la presidencia de la Confederación Canaria de Empresarios y convoque elecciones. Que sepamos hay dos candidatos que han mostrado -bien directamente o bien por boca de otros- su deseo de concurrir: Sebastián Grisaleña, presidente de Cecapyme, y Roque Cáceres, hombre de Suárez Gil. Pero en las últimas horas ha aparecido la figura de Manuel Ley, presidente de Beleyma y de la Asociación de Promotores Inmobiliarios (Aempic), que ha hecho cuentas y dice que la suma y la resta le benefician. Ley comenta a sus íntimos que, como Grisaleña no se lleva con Suárez Gil, la vía plateada le apoyaría a él en el caso de que la candidatura de Cáceres decaiga por floja, que lo es. Sin embargo, sobre Ley pesa su enfrentamiento a la poderosa Asociación de Empresarios de la Construcción (AEC) por la representatividad del sector en la CCE. Si bien es cierto que la cosa está medio resuelta, no parece de recibo que acabado de llegar a la patronal ésta haga a Manolo Ley presidente. Pero ahí está el hombre.