Delegar es una cosa y montar el Belén otra bien distinta. El interventor del Cabildo de Gran Canaria ha conseguido que el Consejo de Gobierno Insular de marcha atrás en su pretensión de delegar en los consejeros que forman parte de ese órgano la competencia para las contrataciones y las concesiones, incluidas las de carácter plurianual, la ampliación de anualidades y la modificación de los porcentajes de gastos plurianuales. Un informe de la Intervención desaconseja cariñosamente tal despiporre alegando que “puede dar lugar a problemas operativos y de control presupuestario”. A cambio, ese órgano propone “un procedimiento de aprobación similar al previsto en la Ley General Presupuestaria para la Administración General del Estado”. O dicho en lenguaje popular: los experimentos, en casa y con gaseosa, que con las perritas de todos no se juega.