Anda como un loco desfaciendo entuertos el nuevo alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, acojonado a cada paso que da ante las sorpresas que le van manifestando los jefes de servicio y sus propios concejales de él, cada cual más perplejo e indignado, en el sentido más clásico del palabro. No hay en las arcas dinero maldito más allá del necesario para pagar una nómina y los cuatro recibos de obligado cumplimiento, pero los pufos se acumulan por doquier sin que exista otra salida que la resignación y la petición de paciencia a contribuyentes y proveedores. La última alegría para el cuerpo se la dieron al ver una factura en la que figura un gasto de la ex alcaldesa por montante de 5.000 euracos de nada destinados a surtir de Iphone y Ipad a los muy nobles y leales concejales del equipo saliente, seguramente con el fin de que se llevaran un magnífico recuerdo de su paso por el Ayuntamiento sureño y como premio a su insuperable labor. Por lo menos ya hay hamacas y sombrillas nuevas que ofrecer a los turistas, a ver si no se marchan demasiado espantados.