Respetamos con toda la solemnidad necesaria para la ocasión el nuevo auto del TSJC desestimando la denuncia de un ciudadano corriente, Francisco Cabrera, compareciente en la comisión de investigación del escándalo eólico, contra José Manuel Soria precisamente por mentir en ese foro. Cabrera no mintió, y prevenido como estaba por la presidenta de esa farsa parlamentaria, la nacionalista Guadalupe González Taño, se ciñó al máximo a la verdad para no tener que enfrentarse a un ilícito penal. Soria no tuvo los mismos escrúpulos, y además de asaetear a Cabrera tratando de convertirlo en delincuente, además de salir de allí y meterle una querella por injurias y calumnias, se permitió el lujo de mentir llegado el momento en el que el compareciente fue él. La denuncia no es baladí porque la mentira de Soria tampoco lo fue. Por eso conviene que entre todos recordemos por qué mintió Soria y por qué se empeña en mantener la mentira.