El apagón informativo impuesto por el Reino de Marruecos en lo que Rabat denomina sus ''provincias del sur'' se rompe cada día un poquito más. No basta con impedir la entrada a delegaciones de parlamentarios españoles y europeos para comprobar in situ la realidad de la represión marroquí en los territorios ocupados de la antigua colonia española. Tampoco el histórico silencio cómplice de las grandes empresas de la comunicación, catalogando el conflicto abierto en 1975 entre Marruecos y el Frente Polisario como de segunda o tercera categoría en la arena mundial. Ni siquiera la equiparación torticera de quienes han apoyado -desde Canarias, por ejemplo- la autodeterminación del pueblo saharaui como polisarios o sandinistas trasnochados ante el orden neocom imperante. Ahí al lado existe una realidad que no se debe dejar de analizar, también desde la perspectiva histórica canaria, ahora subida a la moda político-empresarial de viajes todo incluído -danza del vientre, también- a Rabat o Agadir. Y sobre todo existe una realidad que denunciar: ya lo hacen activistas saharauis de derechos humanos a través del movimiento iniciado dentro de los territorios ocupados, justo cuando más señales de agotamiento da el exilio saharaui en Tinduf, y ahora se une la televisión de la República Árabe Saharaui Democrática, rasd-tv.com, con cinco minutos de vídeo para resumir meses de lucha.