Es verdad eso que dicen de que en los bancos de la oposición se pasa mucho frío, pero hay excepciones. Una de ellas es el concurso de murgas del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, a donde pocas veces acudían los responsables del PP durante los años que estuvieron en el machito, quizás huyendo de la posibilidad de que cayeran chuzos. Apenas se dejaba ver por ahí alguna concejala que llegaba, saludaba y salía por patas. Ahora no, ahora se constituye ante el escenario el grupo popular en pleno, se relajan, aplauden y hasta consiguen que algunos murgueros obsequien a sus ilustrísimas con un ramito de flores. Cómo cambian los tiempos, ¿eh?