No había pasado medio día desde que publicáramos en este periódico la noticia de que en el Hospital Universitario Doctor Negrín no se podía aplicar con rigor la recomendación sanitaria de lavarse conveniente y frecuentemente las manos, en evitación de la Gripe A, y todos los baños aquejados de deficiencias en tal sentido fueron reparados. De repente aparecieron por arte de magia dosificadores de jabón líquido y secadores de manos en forma de dispensadores de papel de un solo uso. Por lo tanto, los usuarios de este hospital tan señero de la sanidad canaria ya pueden entregarse con pasión a la muy lustrosa e higiénica actividad de lavarse las manos después del uso de los servicios sanitarios en alguna de sus dos modalidades conocidas, y actuar tal y como prescriben las autoridades sanitarias para que las extremidades superiores no sean conductores de la famosa AH1N1.