Desde primeras horas de la mañana de ayer comenzaron en el mástil de la Fuente Luminosa los trabajos para el solemne acto de izado de la bandera de Gran Canaria, previsto para este miércoles. Los encargados de las operaciones tenían órdenes expresas de mentir a quien preguntara. Un periodista de CANARIAS AHORA lo hizo y recibió la respuesta de manual: “Sólo estamos haciendo trabajos de mantenimiento”. Quien así mintió obedecía órdenes de la superioridad, la misma que decidió reponer en su lugar la bandera que un día de 2006 desplegó con gran boato José Manuel Soria después gastarse la insultante cantidad de 360.000 euros en un gesto absolutamente megalómano. El actual presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna, tras un paréntesis de cuatro años en que la bandera estuvo guardada en unos almacenes tras caerse y generar una situación de peligro en la zona, quiere de este modo rendir su especial ofrenda de agradecimiento a quien lo recuperó para la política de primera línea. Lo malo es que con una acción así, Bravo no solamente reaviva una polémica de la que dice rehuir, además provoca un gasto innecesario en las sufridas arcas públicas de 30.000 euros al año sólo en mantenimiento de la dichosa bandera. ¿Hemos dicho 30.000? ¿No nos dijeron en 2006 que sólo iba a costar 18.000? ¿Quién miente en esta ocasión?