No hay cama para tanta gente, y menos para Lorenzo Olarte. Esa maldición ha vuelto a caer sobre el ex presidente canario, que andaba exultante la semana pasada después de que el partido del que es fundador, el CCN, cerrara el acuerdo de integración de destino en lo universal con el que promete ceñirse todos los laureles del 20-N. Les dijimos aquí que aquel lunes en Santa Cruz de Tenerife, tras la firma del acuerdo entre Nacho González y José Manuel Soria, pudo verse a Lorenzo Olarte por los alrededores del Parlamento, feliz como un chiquillo con zapatos nuevos, lo que provocó que se dispararan los rumores que lo colocaban en las listas que ambos partidos iban a cruzarse. Pero finalmente no ha sido posible: ni el CCN tenía ganas de meter a Olarte en el puesto que finalmente ha correspondido a la esposa de Juan Domínguez al Senado, ni el ex presidente estaba dispuesto a la humillación que supondría ir de siete en la lista del PP por Las Palmas, en la que nada más y nada menos se da por seguro en estos momentos el número cinco. Aunque desde este martes el PP hizo correr el rumor en el Parlamento de que una encuesta ya le está dando el diputado número seis por la provincia de Las Palmas, dejando los dos restantes para el PSOE y Coalición Canaria.