La batalla de Pavía empezó bajo la alcaldía de Emilio Mayoral (PSOE), a finales de los ochenta, cuando la presión vecinal en Guanarteme clamaba por un espacio deportivo en medio de tantas dotaciones no muy populares. Mayoral se fijó en esa parcela y ordenó iniciar un expediente de expropiación basado en el deseo municipal de calificarla como dotacional deportivo. Los propietarios, la familia Reyes, se revolvió contra la decisión y llegó a presentar alegaciones, pero finalmente terminó firmando un convenio urbanístico con el Ayuntamiento por el cual se producía una compra-venta, es decir, cedía la parcela de la calle Pavía a cambio de dos piezas de suelo, una urbana en La Minilla y otra industrial en la urbanización Díaz Casanova, cerca de Las Torres. La expropiación se tornó permuta, aunque la sentencia notificada esta semana sostiene lo contrario.