Alejandro Díaz tenía su día estrella. El ex presidente del PP de Lanzarote ni se imaginaba cuando llegó al Parlamento que terminaría siendo el protagonista de una de las trifulcas más desagradables de la legislatura, la que mantuvo con el diputado del PP Borja Benítez de Lugo. Ya les hemos contado en la sección correspondiente que por poco llegan a las manos, y que la intervención de Paqui Domínguez y de un ujier evitaron las cachetadas. Antes de perder el humor, Alejandro Díaz pronunció la frase de la jornada, dedicada al ex director general del Tesoro, Alberto Amorós: “Al final tendremos que pedirle perdón y pagarle las dietas”. Pues casi, don Alejandro, porque su antiguo partido y Coalición, en ese pacto tan obsceno que mantienen, casi terminan subiéndolo a los altares.