Todo en esta vida tiene su precio, y en política, más. José Miguel González, hasta ahora portavoz de Coalición Canaria en el Parlamento regional, termina la legislatura con un balance ciertamente positivo. Como dijo recientemente un destacado político grancanario al referirse a su paso por el Cabildo, “ha sido una experiencia muy enriquecedora”. Vaya que sí. Pelopincho, como se le conoce cariñosamente en los ambientes políticos isleños, ha tenido que hacer todo tipo de trabajos de fontanería y limpieza de alcantarillas para que Adán Martín, finalmente, le diera su farmacia en Añaza. Y lo ha hecho el presidente reclamando para ese botiquín un tratamiento de interés general, el mismo que defendió Pelopincho para las 5.500 camas turísticas o para inventarse unas conclusiones de la trama eólica de la que se avergonzará toda su vida. Si es que le queda vergüenza todavía.