Nunca dejará de sorprendernos el alcalde de Santa Brígida, Lucas Bravo de Laguna, del PP, un político de largo recorrido que lo mismo se persona en una causa penal sin que se entere nadie, que se adentra en las procelosas aguas de la política internacional sin tener en cuenta los límites competenciales de su cargo (tenía que llevarlo a pleno) y de la institución donde lo ejerce. Es lo que le acaba de pasar con su adhesión -atención, atención- a la “Campaña Global Millones de Firmas Anti Persecución lanzada por la Coalición para Investigar la Persecusión a Falun Gong en China (CIPGF)”, según un comunicado oficial del consistorio que preside el Niño Bravo. Dice el alcalde que “es necesario que las instituciones apoyen el esfuerzo de la CIPFG de defender los derechos humanos, en este caso compadeciendo a los practicantes de Falun Gong que están siendo perseguido por el régimen comunista chino”. (..) “Espero que las Naciones Unidas, el Gobierno de España y todas la organizaciones de derechos humanos ofrezcan asistencia efectiva para pedirle al régimen chino que detenga inmediatamente la persecución a los derechos humanos de más de cien millones de personas”. Se sale Lucas.