Va a tener un mal trago el equipo electoral de Alfredo Pérez Rubalcaba con la aprobación de las listas para las elecciones del 20-N. Algunas federaciones del PSOE han vivido algunas tensiones en su confección seguramente por el muy humano y sustentado temor de que no haya cama para tanta gente, que el número de diputados socialistas pueda descender tan drásticamente que ser número uno se cotice como potosí. En lugares como Extremadura la tensión ha sido de tal calibre que no se han llegado a aprobar en el comité regional las propuestas que llegaban de las agrupaciones provinciales. En Canarias el debate se masca discretamente pero no necesariamente en silencio porque la confirmación de Pepe Segura por Santa Cruz y la irrupción de Chano Franquis por Las Palmas no se ha traducido precisamente en una jubilosa explosión de euforia y entusiasmo. Más bien todo lo contrario. Sin mencionar ningún caso concreto, Rubalcaba hizo referencia este jueves en Ferraz al marrón que él y su equipo más allegado tiene con esas listas, por las dificultades de aplicar la cremallera y por el escaso eco que le han tenido en las federaciones sus exigencias de que haya más mujeres que en anteriores ocasiones. Quizás porque ese debate está tiernito aún en las bases del Partido Socialista Canario, sus dirigentes han ocultado de manera oficial que dos de los ponentes de la Conferencia Política que el PSOE celebrará este fin de semana en Madrid, los dos únicos canarios que tendrán esa responsabilidad, no son los favoritos del aparato: Juan Fernando López Aguilar y Pilar Grande.