El pobre Antonio Castro Cordobez hizo el ridículo este miércoles y, una vez más, lo hizo por culpa de los vicios adquiridos que tiene esa formación a la que pertenece. El nombramiento de Paulino Rivero tenía que salir para La Zarzuela con mucha prisa para que llegara antes de que se cerrara el Boletín Oficial del Estado, de modo que se pueda publicar el viernes. Ese día está previsto, con la tinta fresca en el BOE, que tome posesión Rivero en Las Palmas de Gran Canaria. Las prisas vienen precisamente por eso, porque ese mismo viernes estará en La Palma el Príncipe de Asturias, que acude a inaugurar un nuevo telescopio en el Roque de los Muchachos, y Zarzuela hubiera tratado a Rivero como un parlamentario más de los sesenta, otorgando los honores de presidente autonómico a Adán Martín. Mucho para el cuerpo de Paulino, después de tanto suplicio.