Decía este martes Peytaví en los camerinos del 59 Segundos que esa misma mañana había tratado de convencer a don Pepito, director y editor de El Día, de que no injuriara como está injuriando a la subdirectora de La Provincia. Los presentes se encogieron de hombros, quizás por tener todos la constatación de que no es precisamente Ricardo Peytaví un personaje cabal y moderado que guste de calmar al guardián de las esencias tinerfeñas. Al contrario, tras rendirse Julio Rodríguez, anterior escribano de don Pepito, incapaz de captar con precisión la deriva soberanista del atribulado editor, ha correspondido a Peytaví el honor de ser el amanuense que redacta cada semana las pastorales dominicales del periódico. Para ello, se sienta varias mañanas diligentemente delante de don Pepito y escribe a mano todas las ideas salvadoras que emanan de mente tan privilegiada. El viernes acude al despacho del docto director con el editorial redactado y, entre los dos, pulen el texto hasta que es enviado a componer.