El inicio del declive soriano y de sus proyectos estrambóticos viene ya de lejos, concretamente del momento en que el Consejo de Estado, el Ministerio de Fomento y la Comisión Europea le declararon a él y a la alcaldesa Luzardo nula de pleno derecho aquella fantasmada llamada Gran Marina. Ellos han recurrido ante al Tribunal Superior de Justicia de Madrid, lo que seguramente, y en aplicación de las quejas escuchadas este viernes, equivaldría a una nueva injerencia de “instituciones peninsulares” en el buen hacer de un Cabildo como el de Soria (provincia de Las Palmas). Por si fuera poca la ofensa de ver al alcalde de Agüimes recuperando con su estilo tranquilo la representación que le fue arrebatada de modo indecente, Soria tuvo encima que soportar al abogado Carmelo Padrón echarle un chorreo de agárrate y no te menees. Según pudieron captar nuestros micrófonos inalámbricos de rayos de mala uva, el ex dirigente socialista le dijo algo así como que sentía vergüenza de las palabras pronunciadas por un presidente así. O ansina, para que el neonacionalista no nos llame godos.