Cuatro meses sin gerente del Instituto Insular de Deportes dan para mucho. Incluso para entender que la indefinición del Cabildo grancanario a la hora de nombrar al sustituto de José María Cabrera se traduce en la base en todo lo contrario a lo que supuso su destitución: “Este tío todavía manda aquí dentro”. Tanto, que desde hace unos días rula por las dependencias del IID un escrito solicitando firmas para censurar al director técnico, Agustín Morales, y al delegado de Personal, José Medina, a cuenta de un juicio en el que declararon la semana pasada como testigos del Colegio de Licenciados de Educación Física, que interpuso en 2004 un recurso a la creación de cinco plazas de Grupo C, al considerar el Colegio que las labores y responsabilidades a desempeñar en esos puestos no correspondían al perfil de Grupo C, sino al de Grupo A. Y total, se ha montado el follón otra vez en tremenda casa de locos.