Pepa Luzardo no es el alcalde de Orihuela (Alicante), José Manuel Medina, también del PP, que acaba de decidir no presentarse a la reelección tras haber perdido el respaldo de su presidente regional, Francisco Camps. Medina, que debe tener más cara que un burro con flemones, se dispone a dedicar los próximos años de su vida a limpiar su imagen, según ha dicho poco después de reconocer ante una juez que vive en un chalet y conduce un Rolls Royce propiedad de un empresario al que ha beneficiado desde su puesto de alcalde. No sabemos exactamente a qué nos suena este estribillo, pero no debe ser Pepa la que explique ni las viviendas que ha habitado ni los medios de transporte privados que ha utilizado en sus tres años y pico de alcaldesa. Sí debe explicar Luzardo cómo han sido todas las adjudicaciones de las que ha sido beneficiaria la empresa de su novio. Nunca es tarde cuando la dicha llega, sobre todo en una semana tan crucial en que será proclamada de nuevo candidata a la alcaldía de su ciudad por el comité electoral del PP, que se reunirá solemnemente en Madrid. Salvo que de repente a alguien se le ocurra el nombre de Paulino Montesdeoca, que suena y suena.