Desde luego, no hay quien pueda llevar la contraria a la consejera de Hacienda del Cabildo de Soria, Rosa Rodríguez, a su vez presidenta de la Mesa de Contratación de la Corporación. Ya saben que nos referimos a la misma mesa que el otro día le endosó un contrato al yerno del consejero Pepe Jiménez (también del PP), después de que la mismísima Rodríguez, sin encomendarse a nadie, pidiera un segundo informe más benefactor. Pues bien, este miércoles se volvió a armar porque la consejera socialista Paquita Luengo -con voz, pero sin voto en la mesa- se quejó porque, a su juicio, las actas de aquella indecencia no recogían el tenor literal de sus manifestaciones. La sargento Rodríguez se encorajinó, oiga, y trató de enfrentar a la socialista con los funcionarios, autores de las actas. La cosa se calentó hasta límites insospechados y acabó con la presidenta levantando la sesión a las bravas, más o menos con el mismo garbo con que tapiaba locales nocturnos en su etapa de jefa de la guardia presoriana.