Además de todas las virtudes que le adornan, la consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, nuestra Rita Martín, es todo un carácter. Este lunes lo demostró cuando, ni corta ni perezosa, cogió el teléfono y llamó en persona a la alcaldesa del Puerto de la Cruz, Dolores Padrón, para afearle que hubiera reabierto al tráfico en esos mismos momentos la calle de Santo Domingo sin su permiso. Como lo leen. Y no es que de repente la señora Martín haya asumido las competencias de tráfico o de obras públicas en ese municipio; ni que le preocupe la influencia que pueda tener en la seguridad vial que todavía no se hayan instalado las señales verticales de tráfico. Lo que le ha pasado es que daba por hecho que sería ella quien inauguraría la calle una vez concluidas las obras de remodelación que ha sufrido (la calle, se entiende) y que han sido realizadas por la empresa pública gubernamental Gesplan.