Los mismos empresarios portuarios que trataron de reventar la Cámara de Comercio cuando ganó Tadeo, son los que ahora quieren colocar a Grisaleña en el disparadero. En ambos casos su candidato salió derrotado democráticamente, y no hay manera de que aprendan la lección: si no gano o no haces lo que quiero, rompo la urna, vienen a decir. El puerto tenía pactado con Grisaleña que los dos puestos a la Autoridad Portuaria se elegirían como se han elegido, pero como no les ha gustado el resultado, rianga, patadón y p'alante, al estilo Clemente. Si quieren acceder a la Autoridad Portuaria lo tienen fácil, que hablen con Soria para que nombre a Juanito Freire presidente del organismo. Y santas pascuas.